El “Campo de Trabajo” es un concepto relativamente moderno, más aún si hablamos de los llamados actualmente Campos de Voluntariado, que vienen a desarrollarse a partir de mediados del s.XX.
Lo cierto, es que precisamente por esta novedad hay muy poca información o estudios al respecto. Los campos de trabajo históricamente se han asociado a instrumentos de “reorientación social”, cuando no de adoctrinamiento o como parte de un sistema penitenciario.
El concepto que aquí tratamos de desarrollar, nada tiene que ver con todo ello. El s.XX, tras la segunda guerra mundial, ha supuesto un impulso decidido a una herramienta de intervención y voluntariado social que manifiesta una gran vitalidad entre los jóvenes.
Los Campos de Trabajo en España en el s.XX:
Más de trece mil jóvenes universitarios pasaron los meses de verano en campos de trabajo repartidos por toda España durante las décadas de los cincuenta y sesenta. El Servicio Universitario de Trabajo (SUT) promovió que los estudiantes compartieran la vida de agricultores, obreros, mineros, albañiles… e impulsó además programas de alfabetización en áreas rurales y jornadas de “trabajo dominical” en periferias urbanas. Este servicio, que debía servir de instrumento propagandístico de la Falange (centrado en una de sus principales consignas, “la erradicación de la lucha de clases que había traído la guerra”) fue una experiencia clave para muchos jóvenes, que descubrieron una realidad para muchos ignorada y que marcó significativamente el resto de sus vidas.
En estas fábricas, barrios, pueblos y campos descubrieron el oscuro peso de la guerra en tanta gente, conocieron a esos “santos inocentes” que tan bien dibujó Delibes, y comprobaron que desde los poderes públicos nada se hacía para aliviar o cambiar su situación. Y así, poco a poco, fue gestándose una mayor conciencia social y de oposición al régimen entre la juventud.
Los campos de trabajo y voluntariado, tal y como los conocemos actualmente se vienen desarrollando e impulsando de manera decidida desde los años 80 y han servido para realizar intervenciones en lo social, en lo cultural, en la cooperación internacional, etc. donde los jóvenes han sido protagonistas y eje vertebrador de algunos proyectos muy interesantes que luego han dado como fruto otros más estables y con un mayor desarrollo.
Cave destacar los Campos de trabajo que en el ámbito arqueológico e histórico, que han contribuido mediante la participación activa de jóvenes y estudiantes, a la recuperación de un ingente patrimonio histórico, artístico o a la recuperación, por ejemplo, de la llamada “Memoria Histórica“.
Los campos de trabajo con voluntarios vinculados al mundo de la arqueología son especialmente significativos e ilustrativos del ingente trabajo desarrollado por miles de jóvenes durante años, con voluntarios comprometidos en muy diversas épocas y temporadas de un año cualquiera, en la recuperación de un “trozo de cada tiempo de nuestra historia”. Desde las grandes excavaciones, como Numancia o Atapuerca, a pequeñas iniciativas, la mayor parte de las veces vinculadas a la Universidad, que han sido capaces de poner en valor ingentes vestigios de nuestra historia.
Enlazamos también algunas noticias relacionadas con los campos de trabajo relacionados con la “memoria histórica”, a modo de ejemplo:
En último lugar podemos profundizar brevemente en las iniciativas de Campos de Trabajo y de Voluntariado juvenil, que tradicionalmente han impulsado muy diversas organizaciones juveniles del estado español. Recuperación de espacios naturales, de pueblos abandonados, rehabilitación de centros y albergues juveniles… Estos campos de trabajo han permitido levantar y dotar de infraestructuras y proyectos comunitarios a algunas de las asociaciones juveniles más representativas.